domingo, 29 de abril de 2018

Sant Jordi 2018 al Josep Mestres i Busquets de Viladecans

       El 23 de Abril es una fecha conocida en Cataluña como día de Sant Jordi. Por las calles de toda la comunidad autónoma brotan puestos de venta de libros y de rosas. Los chicos regalan rosas a las chicas, las chicas regalan libros a los chicos. Como todo día especial que es celebrado, hay un trasfondo histórico o bien una leyenda. Os dejo aquí una de las versiones de la leyenda, por si queréis lanzarle una ojeada.


La leyenda de Sant Jordi cuenta la historia de un heroico caballero, un monstruoso dragón y una princesa.

El malvado dragón aterrorizaba a los vecinos de un pueblecito de la Conca de Barberà así que, para evitar sus ataques, decidieron darle dos ovejas a diario. Pero no era suficiente… así que cuando terminaron con todos los animales que tenían, decidieron que harían un sorteo entre la población y le darían al dragón una persona cada día para que se la comiese.

Pero llegó el día en que le tocó a la hija del rey que, entre lágrimas, suplicó: “Perdonad a mi hija y os daré todo mi oro y la mitad de mi reino”, pero el pueblo se negó. De repente, cuando el dragón se disponía a comerse a la princesa, apareció el caballero Sant Jordi cabalgando sobre un caballo blanco con su lanza y su escudo dorado para salvar a la princesa de las garras de la bestia.

Sant Jordi alzó su larga lanza y se la clavó en el centro del corazón al dragón, hiriéndolo de muerte. De repente, de la sangre derramada del dragón, brotó un rosal con unas rosas. Sant Jordi cogió una rosa, se dirigió a la princesa y se la dio, mientras que la princesa le escribió un poema de amor al caballero. Por eso, en el día de Sant Jordi los hombres regalan una rosa a las mujeres y las mujeres un libro a los hombres.



       ¿A qué viene el tema de Sant Jordi en esta publicación? Veréis, cada año el Institut Josep Mestres i Busquets de Viladecans colabora con la Feria de San Isidro que se hace anualmente a mediados de Mayo. Dicho centro aporta los alumnos del bachillerato artístico, que se dedican a crear carteles para la mencionada feria. Uno de los carteles es escogido vencedor del concurso y es el que se utilizará para promocionar el evento del año en curso. El de este es el siguiente.






         
        Es normal que el cartel tenga un tomate y una especie de calabaza dibujada, más que nada porque la Feria de San Isidro está estrechamente relacionada con la agricultura y la ganadería de la ciudad.

       Como moneda de cambio, el Institut Josep Mestres i Busquets organiza una jornada de actividades lúdicas varias en el día de Sant Jordi, pidiendo la colaboración de aquellas asociaciones de Viladecans que deseen cooperar. Nosotros es el cuarto año que aceptamos ir a este evento. Como siempre, llevamos juegos sencillos y más o menos rápidos para que haya un flujo de gente rápido, puesto que muchos de los que se paran en nuestra parada es por el interés de probar algún título muy por encima. No obstante, solemos llevar también alguno más o menos largo; a veces hay gente que le gusta pasarse toda la mañana dándole a los juegos...





   
        La primera hora del evento, que duró unas cuatro, se dedicaron a acabar de preparar lo que faltaba. Mientras, había unos cuantos chicos/as que iban disfrazados del rey, reina, séquito... que fueron dando la vuelta al espacio en el que se desarrollaba la actividad para presenciarla y presentarse ante todos. Además, incluso tenían una mascota, denominada Euphoria (imagino que se escribe así, como las Calvin Klein), que era un dragón de estos chinos de color lila y con un jeto raro.








    Había un gran ambiente, la verdad. Pronto empezaron a sonar los tambores de estas clásicas asociaciones que se dedican a hacer música con instrumentos de percusión. No recuerdo qué asociación fue, pero era algo así como Els diables de Viladecans. Ya os digo que no lo recuerdo 100%, igual fueron los de Sant Climent





         
        A continuación, la típica charla de los alcaldes de Viladecans y de Sant Climent. El de este útimo acude porque en el Institut Josep Mestres i Busquets hay alumnos de su pueblo que acuden a estudiar a dicho centro, así que de una forma u otra está un poco involucrado en el evento. 





   
       Durante el resto del día hubo alumnos que se dedicaron a subir al escenario y a cantar canciones conocidas, otros tocaron instrumentos como la guitarra, el bajo, e incluso hubo un saxofonista. Total, que durante toda la jornada el escenario fue testigo de múltiples actuaciones musicales que, oye, dentro de lo que cabe no estuvieron nada mal. Algunos de esos chavales podrían dedicarse a ser cantante profesional y todo. 








     Y luego apareció el rey del zumba (si es que era eso lo que bailaba, que yo no tengo ni zorra idea de estas cosas). Este personaje se dedicó a bailar canciones en el escenario al mismo tiempo que muchos alumnos del centro le seguían los pasos. Vamos, que el tío se tiró como una hora o más dándolo todo. Lo puto amo. Eso sí, para nosotros explicar los juegos fue una odisea, que el volumen molestaba mucho T_T.








      ¿En cuanto a nosotros? Bueno, no es un evento que atraiga precisamente a muchos jugones, pero los chavales se sienten eclipsados por las bonitas cajas de los títulos y acaban probando alguno que otro. Como la mayoría son un poco ignorantes (en el buen sentido de la palabra) del tema de los juegos de mesa modernos, acaban jugando a los rápidos y sencillos.

      Un clásico que acaba viendo mesa es Virus. Rápido de explicar y sencillo, recuerda a los clásicos fillers como el Uno, por lo que la gente suele tirar mucho por este estilo de juegos cuando no tienen ni idea del resto. Nuestra pobre copia está ya la mar de desgastada de tanto uso. Supongo que esto es buena señal... La mayoría de los chavales que veréis en la próxima foto eran ayudantes del evento. Ya veis que en ese instante pasaron de ayudantes a viciados de los juegos de mesa modernos. ¡Ay, tentación!






      Carrera de Tortugas es otro de esos "chorrijuegos" que a todo el mundo le gusta. Ese toque de mala fe y picardía que tiene hace que los adultos lo disfruten como niños, que es el target objetivo, en teoría. Rara vez no ve mesa este título en nuestros eventos. Puede ser que su apariencia visual sea un tanto grotesca a los ojos de personas adultas, pero como se suele decir, no hay que juzgar por el físico.








         Como no, y que no falte, Dobble se hace eco de su fama. Muchos de los asistentes al evento pasaron por nuestra mesa solamente para jugar una partida rápida a este juego, ignorando olímpicamente al resto. ¿Quién no lo conoce hoy en día? ¡Es de los party-game más vistos y jugados de nuestros tiempos!






       En dos ocasiones El cuco Kiko estrena nido tuvo su audiencia. Se trata de un juego con pocos años de vida, creo recordar que salió a la venta en el 2016 o en el 2017. La cosa va de palitos, como el clásico Mikado. Consiste en hacerle un nido a Kiko, colocando los palos que incluye el juego de forma horizontal sobre la lata, de tal forma que estos formen una base estable para el pájaro y sus huevos. Es un juego de habilidad manual que suele gustar bastante a los usuarios. Además, añado que el atractivo visual es bastante impactante...







        Y para terminar, el último juego que vio mesa, que tuvo bastante éxito y que el primer evento en el que hizo acto de presencia fue precisamente esta jornada fue Fantasma Blitz: ¡Menudo susto! Es el cuarto juego basado en la saga Fantasma Blitz. Tiene un nivel de dificultad un poco superior a los dos más básicos (Fantasma Blitz y Fantasma Blitz 2.0) debido a la presencia del sombrero rojo, cuya función es la de tapar uno de los objetos, ocultándolo de la vista al resto de jugadores. Con este nuevo objeto el título añade dos reglas nuevas, haciendo que sea un poco más complicado de jugar y de cogerle el rollo. No obstante, sigue siendo igual de bueno que las versiones anteriores.








   ¡Hasta aquí la crónica de esta jornada!

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